El otro día saliendo del gimnasio, al cual nunca me llevo neceser con cosmética, se me ocurrió que podría comprarme un corrector de ojeras económico para cuando salgo de clase. No me gusta ir asustando a la gente por la calle. Y si buscamos cercanía + comodidad + economía = Mercadona. Así que para allá que me fui a por mi corrector. Y como de ese maldito lugar no se puede salir sin una sola cosa, piqué con algo más.

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Hace unos días mostré una foto en mi INSTAGRAM (que si no me seguís, os lo recomiendo, ya que estoy más activa allí) sobre un esmalte que tenía guardadito desde el verano pasado en mi cajón. El esmalte de uñas en cuestión se llama Sun of a Peach, y es de China Glaze.

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Yo, la mayor negada entre todas las negadas a hidratarse, lleva un largo periodo de tiempo haciéndolo. Y es que fue empezar el 2014 y me puse las pilas en lo que a cuidado del cuerpo se refiere. Empecé por tomarme más en serio el gimnasio (mínimo tres días a la semana) y acabé por ponerme las pilas en la hidratación corporal. Es algo que tenía muy dejado, y eso no puede ser.

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Seguro que más de una y de dos habéis visto los famosos smoothies verdes, con pinta raruna (todo sea dicho), que se preparan las celebrities. Yo todavía no me he envalentonado a tomarme ese mejunje verde, pero me he estado informando sobre el tema.

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